Charla grupo febrero 21 de 2013
Aunque la mayoría de
las predicas las hemos querido direccionar desde nuestra experiencia y vivencia
en el tema; la eternidad la debemos exponer desde las promesas que tenemos en
Cristo respecto al tema, más que desde la experiencia misma.
Cuando tocamos este
tema lo primero que se nos ocurre como prepararnos para la muerte, pero nos
dimos cuenta que la palabra muerte después de la resurrección ya no la usaban
para los que morían en el señor sino que se referían a dormir 1 tesalonicenses
4:13-14
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen,
para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si
creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en él.”
Revisemos las promesas e interpretaciones que
existen con La palabra clave es en él: en Cristo
1 Juan 4:15 “Todo
aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en
Dios.”
Romanos 8:1-2 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de
la ley del pecado y de la muerte.”
1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados.”
2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas.”
Gálatas 5:5-6 “Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la
esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo,
ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
Lo primero que
debemos recordar en que somos nuevas criaturas1 en el momento que
reconocemos a Jesucristo como salvador; y el significado de ser nuevas
criaturas es que pasamos de estar espiritualmente muertos a espiritualmente
vivos, esto es ser hechos hijos de Dios2 o unido con Cristo en
espíritu3.
Lo segundo es
entender que todo esto es por gracia de Dios4, que es por la fe en
Jesús que somos salvos, que es un favor inmerecido que Dios planeo darnos a
través del sacrificio de su hijo; visto de otra manera, dejamos de estar bajo
la ley y pasamos a estar bajo la gracias5.
Lo tercero es la
garantía que una vez hechos hijos nada nos puede separa del amor de Dios6,
que además el nos sella con el Espíritu Santo7 quien nos guiara a
toda verdad8 y testifica a mi espíritu que soy hijo de Dios9.
Pero una vez nos
hacemos consientes de esto salta la pregunta desde nuestra mente “¿pero que
hago? ¿Y las obras que? ¿Yo siento que sigo siendo el mismo? ¿Yo no siento que
Dios me habla?
Estamos acostumbrados
a conseguir las cosas con esfuerzo y por nuestra propia cuenta o que las
influencias terrenales son más poderosas que las espirituales, No queremos
aceptar nuestro nuevo “Quien Soy en Cristo” y seguimos aferrados a nuestro
“Quien era por mi cuenta”
1.
Dominar
nuestra mente: aunque la salvación es instantánea la renovación de la mente no
lo es ni la madurez espiritual, ni el sometimiento de todo nuestro ser a
nuestro espíritu. Necesitamos permanentemente en oración someter nuestra mente,
voluntad, sentimientos y cuerpo a la obediencia en Cristo.
2.
Cambio
de paradigmas: las verdades que tenía nuestra vieja naturaleza no siempre están
alineadas a las verdades y prioridades de Dios. Necesitamos conocer la verdad
de Dios en la palabra.
3.
La
mayoría de los planes de nuestro viejo hombre se trataban de nosotros sobre
conseguir, tener y alcanzar. El amor al prójimo parece no ser la prioridad para
nadie, servir y poner nuestros dones y talentos al servicio de los demás es
mandamiento de Dios o dicho de otra manera es lo que le agrada a él.
Citas al pie
1.
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas. 2 Corintios 5:17
2.
Mas a todos los que le
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios. Juan 1:12
3.
Pero el que se une al Señor, un
espíritu es con él. 1 Corintios 6:17
4. Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe. Efesios 2:8-9
5.
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la
ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14
6.
Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39
7.
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados
para el día de la redención. Efesios 4:30
8.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;
porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y
os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:13
9.
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de
Dios. Romanos 8:16
Realizado por
Juan David Velez