ISAIAS 51,12: Yo, yo soy tu consoloador. ¿Quién eres tú para temer a un mortal, a un hombre que será como hierba?

Preparándonos para la eternidad


Charla grupo febrero 21 de 2013

Aunque la mayoría de las predicas las hemos querido direccionar desde nuestra experiencia y vivencia en el tema; la eternidad la debemos exponer desde las promesas que tenemos en Cristo respecto al tema, más que desde la experiencia misma.

Cuando tocamos este tema lo primero que se nos ocurre como prepararnos para la muerte, pero nos dimos cuenta que la palabra muerte después de la resurrección ya no la usaban para los que morían en el señor sino que se referían a dormir 1 tesalonicenses 4:13-14
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.”

Revisemos las promesas e interpretaciones que existen con La palabra clave es en él: en Cristo

1 Juan 4:15 “Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.”

Romanos 8:1-2 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”

1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”

2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”

Gálatas 5:5-6 “Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”

Lo primero que debemos recordar en que somos nuevas criaturas1 en el momento que reconocemos a Jesucristo como salvador; y el significado de ser nuevas criaturas es que pasamos de estar espiritualmente muertos a espiritualmente vivos, esto es ser hechos hijos de Dios2 o unido con Cristo en espíritu3.

Lo segundo es entender que todo esto es por gracia de Dios4, que es por la fe en Jesús que somos salvos, que es un favor inmerecido que Dios planeo darnos a través del sacrificio de su hijo; visto de otra manera, dejamos de estar bajo la ley y pasamos a estar bajo la gracias5.
Lo tercero es la garantía que una vez hechos hijos nada nos puede separa del amor de Dios6, que además el nos sella con el Espíritu Santo7 quien nos guiara a toda verdad8 y testifica a mi espíritu que soy hijo de Dios9.

Pero una vez nos hacemos consientes de esto salta la pregunta desde nuestra mente “¿pero que hago? ¿Y las obras que? ¿Yo siento que sigo siendo el mismo? ¿Yo no siento que Dios me habla?
Estamos acostumbrados a conseguir las cosas con esfuerzo y por nuestra propia cuenta o que las influencias terrenales son más poderosas que las espirituales, No queremos aceptar nuestro nuevo “Quien Soy en Cristo” y seguimos aferrados a nuestro “Quien era por mi cuenta”

     1.    Dominar nuestra mente: aunque la salvación es instantánea la renovación de la mente no lo es ni la madurez espiritual, ni el sometimiento de todo nuestro ser a nuestro espíritu. Necesitamos permanentemente en oración someter nuestra mente, voluntad, sentimientos y cuerpo a la obediencia en Cristo.
    2.    Cambio de paradigmas: las verdades que tenía nuestra vieja naturaleza no siempre están alineadas a las verdades y prioridades de Dios. Necesitamos conocer la verdad de Dios en la palabra.
     3.    La mayoría de los planes de nuestro viejo hombre se trataban de nosotros sobre conseguir, tener y alcanzar. El amor al prójimo parece no ser la prioridad para nadie, servir y poner nuestros dones y talentos al servicio de los demás es mandamiento de Dios o dicho de otra manera es lo que le agrada a él.

Citas al pie
1.      De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
2.      Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:12
3.      Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 1 Corintios 6:17
4.      Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8-9
5.      Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14
6.      Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39
7.      Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Efesios 4:30
8.      Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Juan 16:13
9.      El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Romanos 8:16 


Realizado por
Juan David Velez